Le Clos Rocailleux está certificado como viticultor ecológico desde 2021. Más allá de esta etiqueta, el trabajo en el viñedo pretende promover un ecosistema virtuoso. Tras la cosecha, una de cada dos hileras permanece cubierta de hierba, mientras que en la otra se siembra una cubierta vegetal para mantener el suelo cubierto durante todo el invierno; en primavera, se deposita para aportar materia orgánica natural. Las praderas separan las distintas parcelas y se siegan tarde, lo que favorece la biodiversidad. Por supuesto, se conservan los setos existentes y está en marcha un proyecto para plantar árboles frutales.
Esta filosofía se refleja también en la bodega: los vinos se vinifican de forma natural (levaduras indígenas) con un mínimo de intervención para preservar toda la autenticidad de las variedades de uva y de los suelos.
Luc Bontemps, antiguo periodista, es ahora el enólogo y propietario de la finca. Comenzó su carrera en el Loira, la tierra de sus raíces. Tras un año de prácticas en la escuela agrícola de Amboise y en la finca Chahut et Prodiges de Grégory Leclerc, se traslada a la finca Cinq Peyres, en el Tarn, para completar su formación. Era la primera vez que pisaba la región. Enseguida le sedujeron la belleza del paisaje, la hospitalidad de sus habitantes y la suavidad de su clima. Dos años más tarde, se trasladó a Clos Rocailleux con su compañera, Lucinda Terreyre, que a su vez se formó como enóloga.